Cuanta razón Lola: se está muy bien al lado de la persona con la que uno quiere estar. Y si además esta manda, pues mejor (que se lo digan a Jackie Kennedy, que traicionada por el presidente cayó rendida a los pies del magnate).
Pero esto no va de erótica del poder, va sobre la toma de decisiones a la hora de consumir, comprar productos y contratar servicios. Y en este caso, también se está muy bien cuando tienes cerca al que manda.
Ya nos gustaría a todos tener contactos de los de arriba en empresas grandes
y que como buen amigo del presi me solucionarán cualquier problema en un periquete. Pero, para la mayoría de los mortales eso no es posible. No es que no conozcas al que manda, sino que además esta lejísimos. Entre él y tu hay mucha pero que mucha gente, así que confía en que todo vaya bien y acabes satisfecho, porque si esto no sucede y algo va mal, primero hablarás con una máquina, que pondrá a prueba tu paciencia, y si aguantas, conseguirás hablar con un ser humano que casi nada podrá hacer por ti (solo lo han puesto en primera línea para que aguante el chaparrón).
Generalizando y sin entrar en un análisis profundo, estas grandes empresas, representan un impresionante poder que se concentra cada vez más sobre muy pocas manos y que tiene una enorme capacidad para incidir sobre cantidad de ámbitos de la sociedad. Y por desgracia, sus intereses cada vez están mas lejos de los tuyos, aunque esto luego intentan disimularlo con gastos millonarios en publicidad, buscando conectar contigo emocionalmente e intentando ser algo más que una simple entidad comercial (negocios sí, pero que sienten como humanos).
Por eso, cuando compro cualquier cosa o contrato algún servicio, si puedo elegir, me gusta tratar con empresas pequeñas, cercanas, "humanas", donde sé que el dueño de la empresa no anda lejos.
Eso me asegura que alguien más cercano se beneficia, que mejora la economía de la zona, que se crean puestos de trabajo más dignos, que el pastel se reparte entre más gente (no solo entre los grandes que se comen el de aquí y el de allí) Pero me asegura también otra cosa importante: si algo sale mal, el que manda, tendrá que dar la cara personalmente y responder por el servicio o el producto que ha dado. Estará accesible a través del teléfono o lo podré encontrar en su tienda o comercio. Y me escuchará. Y responderá.
Eso es una de las claves por la que la fórmula de Keller Williams funciona. Los agentes como yo, somos dueños de nuestro negocio. Lo que significa que siempre estamos ahí, accesibles, escuchando y respondiendo. Tenemos una amplia red de contactos porque la cuidamos. Y a mi personalmente, no me gusta quedar mal ni que me coloreen la cara.
El trato humano en algunos sectores es y seguirá siendo esencial, por eso creo que las agencias inmobiliarias de internet ( las protech: housfy, housell y demás) nunca podrán sustituir por completo a los buenos agentes inmobiliarios.
Así que yo, siempre que se puede, compro en el pequeño comercio y contrato empresas pequeñas, garantizándome que el dueño esta a mi vera cuidando de mi y de mis intereses.
Ahora más que nunca vamos a estar a su lado, porque ellos siempre están del nuestro.